El actor sevillano, ganador de tres premios Goya, ha fallecido. Es uno de los intérpretes más importantes del cine español reciente y símbolo de la lucha de los derechos del colectivo.
El actor sevillano Juan Diego ha fallecido a los 79 años según han confirmado sus familiares y la Academia de Cine. El ganador de tres premios Goya y uno de los intérpretes más importantes del cine español de las últimas décadas era también un símbolo del activismo y de la lucha de los derechos de los intérpretes.
El actor pasará a la posteridad por sus papeles en películas como Los santos inocentes, donde interpretó a un personaje que es historia de nuestro cine, el del señorito Iván; o en Dragón Rapide, donde interpretó a Franco y por la que recibió su primera candidatura al Goya, La noche Oscura, de Carlos Saura o El rey pasmado, que le da su primera estatuilla en 1991. Las otras dos llegarían por París-Tombuctú, a las órdenes de Luis García-Berlanga, y por Vete de mí, su único Goya como actor protagonista. Por este maravilloso papel de actor en crisis ganó también la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián.
Juan Diego triunfó no sólo en el cine, sino en el teatro, donde centró gran parte de su actividad durante toda la década de los 90. Por supuesto, también en la televisión, donde triunfó en fenómenos de audiencia como Los hombres de Paco y Padre Coraje, la miniserie dirigida por Benito Zambrano y que fue uno de los puntos de inflexión en la ficción de calidad de nuestro país.
Además de por su calidad como intérprete, Juan Diego también destacó por su compromiso político y por su activismo por la defensa de los derechos laborales de los actores. Desde muy joven y durante el franquismo militó en el Partido Comunista. En una entrevista confesaba que dejó de militar activamente por una discusión con Santiago Carrillo, pero que su militancia seguía presente como ciudadano. En 1975 fue uno de los organizadores de la histórica huelga de actores en la que se reivindicaba la reducción de la jornada laboral para los intérpretes teatrales. También en 2003 con el No a la guerra fue uno de los intérpretes más beligerantes. Leyó manifiestos en la Puerta del Sol y lideró las manifestaciones contra la invasión de Irak liderada por EEUU y apoyada por el gobierno de Aznar.
A pesar de su delicada salud, el actor se ha mantenido en activo hasta el último momento. El año pasado se le pudo ver en el filme de Netflix,. Xtremo; en la continuación de Los hombres de Paco producido por Atresmedia y en un conmovedor papel a las órdenes de Secun de la Rosa en El cover. Deja, además, dos papeles pendientes de estreno en Venus, de Víctor Conde y en Historias, de Paco Sepúlveda.
Nació como Juan Diego Ruiz Moreno en Bormujos, un pequeño pueblo de Sevilla en plena posguerra (1942). Cuando se hizo actor se quitó los dos apellidos y se quedó con el Juan Diego con el que pasó a la historia del cine español. Siempre recordaba que de pequeño, en aquel pueblo y antes de ir a la ciudad, quería ser torero, aunque realmente lo que quería era destacar, que le miraran. Haciendo obras de teatro en el colegio descubrió su vocación, pero no se atrevió a decirla hasta años después. “Sentía algo que no me atrevía a decir, porque claro, cómo vas a decir que quieres hacer teatro; eso es de mariquitas, déjame tranquilo, yo voy a echar un partido con la pelota”, contaba en una entrevista en Jot Down.
Esa pasión no se esfumó y siguió creciendo, por lo que decidió ir a Sevilla a estudiar arte dramático. Allí comienza a formarse antes de debutar en el teatro en 1957, aunque fue tres años más tarde, en 1960, cuando comenzó a adquirir notoriedad tras interpretar Esperando a Godot, de Samuel Beckett, en Sevilla. Aquello se le queda pequeño, y se lanza a Madrid a principios de los sesenta para ser actor. Comienza unos meses después a trabajar en TVE. Primero de extra, luego empiezan a darle frase hasta llegar a su primer papel protagonista en la serie Mi hijo y yo.
Uno de los primeros directores con los que trabaja en cine fue Eloy de la Iglesia. Lo hizo en Algo amargo en la boca (1969) y posteriormente en La criatura (1977). Juan Diego fue uno de los grandes apoyos del director cuando más lo necesitó. Él y Juan Antonio Bardem -compañeros de militancia comunista- le acogieron y mantuvieron en sus peores momentos. Fue en la década de los 80 cuando Juan Diego se convirtió en una de las figuras fundamentales de nuestro cine, una relevancia que no perdió en las décadas posteriores.
El adiós del mundo del cine
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, las redes sociales se han inundado de mensajes de condolencia del mundo del cine y de la política. Todos han destacado los grandes papeles del actor y su compromiso político. “Se ha ido un referente del panorama actoral de este país. Un trozo de lo mejor de nuestra industria. Un pedazo de actor. Lo recuerdo claramente interpretando textos de Bukowski y soñando yo, siendo un adolescente en el patio de butacas, con trabajar con él. Adiós, Juan Diego”, escribía en Twitter el actor Israel Elejalde. El productor Agustín Almodóvar también se despedía del intérprete en la red social.
También citaba aquellas interpretaciones de Bukowski el actor Víctor Clavijo, que recordó que cuando estudiaba Derecho en Granada y ya había olvidado la idea de convertirse en actor, un amigo le llevó al teatro a ver a Juan Diego en la obra No hay camino al paraíso, nena, sobre textos de Bukowsky. “No sabía que aquella función cambiaría mi vida”, escribió en un hilo en el que explica cómo gracias a Juan Diego dejó Derecho para convertirse en actor. Carlos Bardem se despedía también en Twitter de su “amigo”: “Adiós Juan Diego, adiós con el alma rota. Maestro, actor enorme, amigo, referente de tantas cosas, luchador, hombre cabal, comprometido y solidario. Hoy este país es más pobre”.
Políticos como Yolanda Díez o Pedro Sánchez también han expresado su pésame en Twitter. “Todo mi cariño a la familia de Juan Diego y al mundo de la cultura, que hoy pierde a un gran referente en el ámbito del cine y el teatro. Un actor inmenso, que nos ha regalado interpretaciones brillantes en obras que son parte de nuestra historia cinematográfica”, decía Pedro Sánchez.
Artículo original Javier Zurro https://www.eldiario.es/