MACHADO, Antonio
(En Política, Nº 67. Julio-septiembre, 2017). Por José Esteban
[Sevilla, 1875-Colliure (Francia), 1939]
El 9 de febrero de 1931, José Ortega Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala lanzan un grito republicano con su "Agrupación al Servicio de la República", en cuyo manifiesto sostienen que sólo un nuevo régimen republicano será capaz de emprender la "soberana empresa de resucitar la Historia de España" y de poner el país a la altura de sus vecinos europeos tanto tecnológica como socialmente. El éxito es arrollador (quince mil afiliados a finales de febrero; veinticinco mil en abril), lo que confirma el ansia de cambio de la sociedad española. Machado se adhiere inmediatamente.
El 14 de febrero, los tres iniciadores, en la misma Segovia, dan el primer mitin republicano en el teatro Juan Bravo. ¿Homenaje al poeta? La prohibición inicial se levanta y el local se llena. Machado preside el acto y presenta a los oradores. "La revolución no es levantar barricadas -dice-; es algo menos violento, pero más grave. Rota la continuidad evolutiva de nuestra historia, sólo cabe saltar hacia el mañana. Para ello se requiere el concurso de mentalidades creadoras, porque si no la revolución es una catástrofe. Saludo a estos tres hombres como verdaderamente revolucionarios, como los hombres del orden, de un nuevo orden". Y este deseo de un orden nuevo que anuncia el poeta en Segovia es compartido por una gran mayoría del país. El 14 de abril se proclama la República en toda España. Machado fue uno de sus protagonistas. "¡Aquellas horas, Dios mío, tejidas todas ellas con el lino más puro de la esperanza, cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera tricolor en el Ayuntamiento de Segovia! . . . Recordemos, acerquemos otra vez aquellas horas a nuestro corazón. Con las primeras hojas de los chopos y las últimas flores de los almendros, la primavera traía nuestra República de la mano. La naturaleza y la historia parecen fundirse en una clara leyenda anticipada o en un romance infantil: "La primavera ha venido / del brazo de un capitán. / Cantad, niñas, en corro: / ¡Viva Fermín Galán!".
Florecía la sangre de los héroes de Jaca, y el nombre abrileño del capitán muerto y enterrado bajo las nieves del invierno es evocado por una canción que yo oí cantar o soñé que cantaban los niños en aquellas horas: "La primavera ha venido / y don Alfonso se va. / Muchos duques le acompañan / hasta cerca de la mar. / Las cigüeñas de las torres / quisieran verlo embarcar".
Y la canción seguía, monótona y gentil. Fue aquel un día de júbilo en Segovia. Pronto supimos que lo fue en toda España. Un día de paz que asombró al mundo entero. Alguien, sin embargo echó de menos el crimen profético de un loco, que hubiera eliminado a un traidor". ("Apuntes y recuerdos de Juan de Mairena", Hora de España, Núm. 5, mayo, 1937).
La llegada de la República, da ánimos al poeta para seguir luchando y se decide a ayudar a construir la segunda República como lo habían hecho su padre y su abuelo a construir la primera.
Pero el republicanismo de Antonio Machado viene de atrás. Ya en 1921, el poeta, que sigue siendo fiel a Miguel de Unamuno, le escribe una larga carta. Desoladora y desengañada. A los miserables se les ve "siempre con la escudilla a la puerta de palacio". El dogma de la accidentalidad de las formas de gobierno, caro al partido (se refiere al Partido Reformista y a su líder Melquíades Álvarez), está imposibilitando la revolución que Machado estima ya "inexcusable". Y termina afirmando: "Creo que es preciso resucitar el republicanismo, sacando las ascuas de la ceniza y hacer la hoguera con leña nueva".
Cuando se produce el golpe de Primo de Rivera, 13 de septiembre de 1923, y se impone la dictadura el poeta está consternado y apunta en Los Complementarios: "España cae en cuatro pies: ¿Se levantará? Probablemente encontrará cómoda la postura y permanecerá en ella largo tiempo".
"Sólo España, el país más estúpido del planeta, puede cerrar los ojos y dejarse llevar por el derrumbadero por gente tan menguada". A. Machado.
Ya en la actualidad republicana Machado es nombrado miembro del Patronato de Misiones Pedagógicas, donde será hasta el final "uno de los vocales más asiduos del Patronato y hablando allí poco, decía siempre la palabra justa y orientadora". (Luis Santullano).
El 3 de abril de 1934 se funda Izquierda Republicana. Es el resultado de la fusión de Alianza Republicana, de Manuel Azaña, el partido Republicano Radical Socialista de Marcelino Domingo y la Organización Republicana Gallega Autónoma de Santiago Casares Quiroga. "Machado, que admira intensamente a Manuel Azaña -primer presidente de la coalición- saca el carnet". (Gibson). Encabeza el manifiesto "Contra el terror de Hitler", en el mismo mes, y a partir de entonces, consciente de la significación de su nombre y de su obligación como demócrata, no dudará en firmar todos los manifiestos antifascistas que se le ofrecen. "Quizás ningún intelectual de la República hará tanto en este sentido" (Gibson).
En vísperas de las elecciones de febrero de 1936, Machado sigue participando en actividades republicanas. Es así el primer firmante de un homenaje popular a Rafael Alberti y María Teresa León, recién llegados de Rusia. Y prepara unas cuartillas para el homenaje, de significación republicana, que se celebra en el teatro de la Zarzuela en memoria de Valle-Inclán, que acaba de morirse en su Galicia. Al no poder asistir al acto, las lee Rafael Alberti.
Machado vive angustioso el giro violento que toman los acontecimientos. Por estas fechas, el periodista Pablo Suero, que le entrevista en el café Varela, lo encuentra con mirada y voz apagada. "Manuel está más entero, pero se respira entre ellos algo de cansancio, de resignación, de desencanto. Por lo demás, esta impresión me dejarán todos los escritores españoles de prestigio de la generación anterior. (...) Cuando se inicia la rebelión de los militares, el 18 de julio de 1936, todos los hermanos Machado se encuentran en Madrid, menos Manuel".
Quizá el levantamiento le servirá al poeta para sentirse más cerca del pueblo y luchar por sus libertades y a todo lo largo de la contienda usará su pluma y su gran prestigio como arma liberadora y guerrera. Así, el 31 de julio, en El Sol aparecerá con su firma un escrito de "Adhesión al gobierno legítimo". La defección posterior de Ortega, así como las declaraciones antirrepublicanas de Marañón, le llenarán de tristeza.
Pero las desagracias ya no le abandonarán. En septiembre le llegará la noticia del asesinato de Lorca, al que dedicará uno de sus poemas más sentidos: "Se les vio caminar... / Labrad, amigos, / de piedra y sueño, en el Alhambra, / un túmulo al poeta, / sobre una fuente donde llore el agua, / y eternamente diga: / el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!"
Tanto el asesinato del poeta granadino, como la posición belicista de Machado, se conocen pronto fuera de España y el periodista ruso llya Eremburg, amigo de la República, escribe a Unamuno desde París, recluido entonces en su casa de Salamanca: "El poeta Antonio Machado, lírico y filósofo, digno heredero de Jorge Manrique, está con el pueblo y no con los verdugos".
Se crea la Alianza de Intelectuales Antifascistas, y nuestro poeta es de los primeros en afiliarse. Se celebra un acto multitudinario en el Teatro Español, con durísimas palabras para Francia e Inglaterra.
Alberti y León Felipe son los encargados de convencer a Machado, que se resiste, a abandonar Madrid. "Se luchaba ya en las calles de Madrid y no queríamos -pues todo se podía esperar de ellos- exponerle a la misma suerte de Federico", escribió Alberti. Machado acepta a condición de que le acompañe su familia. Así, el 25 de noviembre, Antonio Machado salió para Valencia y nunca más volvería a pisar las calles de aquel Madrid que él había cantado como nadie: "¡Madrid, Madrid! ¡Qué bien tu nombre, / suena, rompeolas de todas las Españas! / La tierra se desgarra, el cielo truena, / tú sonríes con plomo en las entrañas".
La tristeza de Machado se acrecienta. En declaraciones a Pía y Beltrán, comenta: "Cuando pienso en un posible destierro en otra tierra que no sea esta atormentada tierra de España, mi corazón se turba y conturba de pesadumbre. Tengo la certeza de que el extranjero significa para mi la muerte".
Cataluña (donde se han trasladado los Machado, huyendo del franquismo) está a punto de caer en manos de los rebeldes.
Así las cosas, el poeta recibe comunicación urgente de las autoridades republicanas: debe estar preparado para salir hacia la frontera. Comienza su último y más doloroso éxodo.
Las peripecias de la terrible marcha han sido contadas por el doctor Puche, Ramón Xirau y Corpus Barga entre otros , y no son de este momento. El caso es que con su anciana madre (en brazos de Corpus Barga) y con su hermano José y la mujer de éste, en condiciones lamentables, llega a su última morada en el pueblecito costero de Colliure, y allí fallece el 22 de febrero del cruel año 1939, miércoles de Ceniza, a las tres y media de la tarde"'. El entierro, estrictamente civil, tiene lugar en el recoleto cementerio, el día 23. El poeta va envuelto en la bandera republicana. Poco después se colocó una placa en el nicho del poeta:
ICIR EPOSE
ANTONIO MACHADO
MORT EN EXIL
LE 22 FÉVRIER 1939.