MERINO DE LA MONJA, Higinio
(Presidente de Izquierda Republicana en Zamora). Por Eduardo Martín González.
[Zamora, 1899-1936]
Nacido en Zamora el 12 de octubre de 1899, hijo de Higinio Merino Isla (Andavías, 1854) y de Ángela de la Monja (1872), trabajó en el negocio de su padre, relojero con establecimiento abierto en la calle Renova, fundado en 1878. Casado con Emiliana Barbero, el matrimonio tuvo cinco hijos.
Desarrolló una intensa actividad en el mundo asociativo zamorano. En 1925 ingresó en la Cofradía del Silencio (de la que también formó parte Felipe Anciones, con el que compartiría toda su trayectoria política y su trágico final), y en mayo de 1935 fue elegido vicesecretario de la Junta de Fomento de la Semana Santa y de las Fiestas Tradicionales.
Miembro de la Sociedad Filarmónica y de la Coral Zamora, de la que en febrero de 1931 fue elegido Secretario y en enero de 1934 presidente. En 1935 formó parte de la comisión organizadora de la I Vuelta Ciclista a la provincia de Zamora.
Su compromiso político se inició antes de la proclamación de la Segunda República. En 1930 fue miembro fundador de la Agrupación Republicana en 1930, por la que fue candidato en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, junto a Gonzalo Alonso, Lino Blanco y Julián Rueda, pero tuvo que disputar la elección en el conservador distrito II de la capital y, pese a obtener 191 votos, no resultó elegido concejal, aunque republicanos y socialistas se hicieron con la mayoría en la nueva corporación.
Al constituirse la agrupación local del Partido Republicano Radical Socialista fue elegido presidente, con Gonzalo Rueda como vicepresidente. En octubre de 1934 fue detenido junto a Julio Tortuero, Javier Zabala, Ángel Álvarez Valle y José Isart en el domicilio del primero, pero tras su traslado al Gobierno Civil, fueron puestos en libertad.
Tras la escisión del radical-socialismo, participó en la creación de Izquierda Republicana, de cuya agrupación local de Zamora fue elegido presidente. Al constituirse el Frente Popular, cuyo comité provincial presidió, participó activamente en la campaña de las elecciones del 16 de febrero de 1936, interviniendo en mítines en localidades como Montamarta o Cerecinos del Carrizal como parte de un equipo de oradores a los que el partido asignó la difícil tarea de luchar contra la desafección de las clases medias rurales hacia el régimen republicano. Aunque la derecha obtuvo la mayoría en la provincia, el candidato de Izquierda Republicana, Antonio Moreno Jover, logró un escaño como diputado y el Frente Popular ganó las elecciones.
En marzo de 1936, tras la victoria del Frente Popular, fue designado gestor de la Diputación en representación de Izquierda Republicana, pero a los pocos días dimitió junto a otros tres compañeros, para permitir la entrada en la comisión de representantes de otras organizaciones del Frente Popular y fue sustituido por el socialista Benedicto Carreras Pelayo. El mes siguiente fue candidato en las elecciones a compromisarios para la elección de presidente de la República.
Tras la toma de Zamora por los militares golpistas el 19 de julio, fue detenido y trasladado a la cárcel de Toro junto a otros miembros de Izquierda Republicana y de otras organizaciones del Frente Popular. Al haber coincidido en las mencionadas asociaciones con numerosas personalidades del mundo católico y conservador zamorano, su familia buscó mediaciones para conseguir su puesta en libertad. Entre estas personas se encontraba el propio gobernador civil golpista, teniente coronel Raimundo Hernández Comes, del que la familia Merino había sido vecina en 1933-1935. Emiliana consiguió una entrevista con Hernández Comes, que según la versión de la familia le habría garantizado la seguridad de Higinio. Sin embargo, las garantías del gobernador golpista cedieron ante los compromisos derivados de la escalada represiva, e Higinio Merino fue asesinado, junto a otras 27 personas, en la célebre “triple saca” del 18 de septiembre de 1936, a la que hoy dedicamos otro post. Al día siguiente, la noticia llegó a oídos de la familia, y Emiliana se trasladó con su hija Pilar a Toro, en una búsqueda que finalizó ante un montón de tierra removida en el cementerio de la ciudad.
Higinio Merino fue incluido en el primer expediente de la Comisión de Incautación de Bienes de la provincia de Zamora (1/1936), junto a otros conocidos (o padres de conocidos) como Isaac Vega Paniagua, Lorenzo Almaraz de Pedro, Amparo Barayón, Antonio Pertejo o Valentín Ferrero. Este expediente, instruido por el comandante de Infantería Juan Losada Manteca, conllevó, en primer lugar, el embargo de los bienes de la familia, incluidos el piso y los muebles. Una segunda consecuencia del procedimiento de incautación de bienes era la evacuación de informes sobre el expedientado por parte de las autoridades. Así, en los primeros meses de 1937, el ya coronel Raimundo Hernández Comes, tras haber incumplido las garantías dadas a la familia, informó sobre los antecedentes de Higinio Merino, refiriéndose a él como “representante en el Frente Popular, propagandista activo de dicho Frente y en unión de Moreno Jover y Galarza actuó frecuentando sus visitas al Gobernador Lavín para constituir los Ayuntamientos”.
En el caso de la familia Merino, las consecuencias económicas de la incautación se vieron agravadas por la obligación de responder del aval que Higinio Merino y Lorenzo Almaraz de Pedro habían otorgado al préstamo bancario para la campaña de Antonio Moreno Jover en las elecciones de febrero de 1936. Moreno Jover fue asesinado una semana más tarde que Higinio, y Lorenzo Almaraz, tras pasar la guerra combatiendo como teniente del ejército republicano, fue fusilado en Córdoba en abril de 1940, por lo que sus respectivas familias tuvieron que asumir el pago.
Otro factor añadido es la extorsión económica que sufrió la familia tras el asesinato de Higinio Merino. Como otras familias de asesinados, sus nombres y la cuantía de sus donativos supuestamente voluntarios–“una pila de agua bendita”, joyas diversas- aparecen repetidamente en las listas de sucesivas suscripciones (para el Tesoro Público, para la Delegación de Frentes y Hospitales, para el Homenaje al Generalísimo)
El procedimiento de incautación de bienes fue transferido a la jurisdicción, creada posteriormente, de Responsabilidades Políticas, y en fecha tan tardía como enero de 1944, la sentencia del Tribunal de Responsabilidades Políticas impuso a los herederos de Higinio Merino una multa de 1.000 pesetas que según se dice en ella, no fue mayor “debido a su escaso patrimonio”.
Fuentes:
Casquero, “Iniquidad”, en La Opinión 11/11/2007.